Rose adopta a Beckett tras atropellarle por
accidente cuando este intentaba escapar de la perrera. Le mima tanto que
termina convirtiéndose en un gatito egoísta y malcriado.
De manera inesperada, Beckett pierde su
novena y última vida. Beckett no acepta que su vida en la Tierra termine y se
planta a las puertas del cielo suplicándole a la guardiana una última
oportunidad para poder regresar a su perfecta y cómoda vida con Rose.